El consumo descentralizado de energía, especialmente a través del autoconsumo, está ganando protagonismo como una de las claves para avanzar hacia un modelo energético más sostenible y justo. En particular, la energía solar se ha convertido en una opción cada vez más viable para ciudadanos y comunidades que buscan generar su propia electricidad, reduciendo su dependencia del mercado eléctrico. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos y la creciente demanda de energías renovables, el sector del autoconsumo sigue enfrentando importantes desafíos que frenan su desarrollo.
Los obstáculos burocráticos
Uno de los principales problemas radica en los obstáculos burocráticos que dificultan la implementación de proyectos de autoconsumo. Las distribuidoras de energía no siempre cumplen con los plazos establecidos por la legislación para activar el autoconsumo colectivo, lo que genera retrasos significativos en la transición hacia este modelo. Este incumplimiento, según diversas organizaciones, está dificultando la adopción masiva de la energía solar.
Además, el sistema energético centralizado que predomina en muchos países sigue siendo en gran parte dependiente de combustibles fósiles como el gas y el carbón, lo que no solo perpetúa el problema del cambio climático, sino que también contribuye a la volatilidad de los precios de la energía. Con el autoconsumo solar, los hogares pueden generar su propia electricidad, utilizando recursos locales y reduciendo las pérdidas que se producen en el transporte de energía a largas distancias.
El autoconsumo colectivo como una de las mejores soluciones
El autoconsumo colectivo, donde varios hogares o comunidades se agrupan para compartir los beneficios de la energía solar, es una de las soluciones más prometedoras. Sin embargo, su expansión se ha visto limitada por la falta de transparencia por parte de algunas distribuidoras, que bloquean o retrasan sistemáticamente la activación de estos proyectos. Frente a esta situación, diversos colectivos están presionando para que se implementen medidas que garanticen un mayor acceso a este tipo de energía, así como incentivos para las empresas que agilicen estos trámites.
En definitiva, aunque la energía solar y el autoconsumo representan una gran oportunidad para avanzar hacia un modelo energético más sostenible, es necesario que se eliminen las barreras actuales que dificultan su desarrollo. La transparencia, el cumplimiento de los plazos y una mayor financiación accesible son factores esenciales para que más personas puedan beneficiarse de este modelo, contribuyendo así a una transición energética más rápida y justa.